¿Sabías que durante las horas de sueño el cerebro pasa por diferentes fases? El conjunto de estas fases se conoce como ciclo de sueño y en cada ciclo el cerebro pasa de la fase 1 al sueño REM. Siempre que dormimos las horas recomendadas, tenemos varios ciclos de sueño donde cada fase tiene una función diferente pero complementarias entre sí y todas influyen en nuestra salud y bienestar. Hoy veremos dos de las fases más importantes para tener un descanso reparador: Fase REM y Sueño profundo.
Fase REM: El Teatro de los Sueños
La fase REM es la quinta y última de nuestro ciclo de sueño, sucediendo aproximadamente cada 90 minutos a lo largo de la noche. Durante el sueño REM, nuestro cerebro está casi tan activo como cuando estamos despiertos y nuestros ojos se mueven ràpidamente aunque los tengamos cerrados. De hecho, REM significa «rapid eye movement». Es en esta fase cuando soñamos, aparecen los sueños más elaborados y narrativos, que no sólo sirven para hacer más entretenida la noche sino que cumplen funciones psicológicas esenciales:
- Procesamiento emocional: Durante el REM, el cerebro procesa y regula las emociones experimentadas durante el día, lo que puede ayudar a mitigar el estrés y la ansiedad.
- Consolidación de la memoria: La información y las experiencias del día se integran en la memoria a largo plazo, afianzando el aprendizaje.
- Creatividad y resolución de problemas: Algunos estudios sugieren que el sueño REM fomenta conexiones neuronales innovadoras, lo que podría fomentar la creatividad y la resolución de problemas.
Fase de Sueño Profundo: El Mecánico del Cuerpo
Por otro lado, el sueño profundo ocupa la tercera y cuarta fase del ciclo de sueño y es cuando el cuerpo se embarca en procesos de reparación y mantenimiento. Caracterizado por ondas cerebrales de baja frecuencia conocidas como ondas delta, el sueño profundo es esencial para:
- Restauración física: La reparación de tejidos, el crecimiento muscular y la liberación de hormonas de crecimiento ocurren predominantemente durante esta fase.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico: El sueño profundo potencia las defensas del cuerpo contra infecciones y enfermedades.
- Recuperación cognitiva: Es vital para el descanso mental, ayudando a mantener la cognición y la atención al día siguiente.
El Impacto del Insomnio en las Fases del Sueño
El insomnio puede interrumpir la estructura del sueño, alterando los ciclos que tenemos durante la noche. ¿Cómo?: reduciendo el tiempo dedicado al REM y al sueño profundo, lo que afecta negativamente a la salud mental y física. Algunas de las consecuencias de un sueño no reparador son:
- Deterioro cognitivo y de la memoria: dificultad para atender y retener información cotidiana.
- Disminución de la capacidad para manejar el estrés.
- Problemas de salud a largo plazo como enfermedades cardíacas y obesidad.
- Disminución del bienestar emocional y aumento de trastornos de ánimo. Algunos síntomas comunes pueden ser: aumento de irascibilidad, sensibilidad, «saltar» con facilidad…
Abordaje Terapéutico del Insomnio: Tratar el insomnio implica más que simplemente aumentar la cantidad de sueño. Es crucial mejorar la calidad y promover un equilibrio adecuado entre todas las fases del ciclo, especialmente el REM y el sueño profundo. Las intervenciones pueden incluir:
- Técnicas de higiene del sueño para establecer rutinas y ambientes propicios para el descanso.
- Terapias cognitivo-conductuales para abordar las preocupaciones y actitudes que pueden perturbar el sueño.
- Intervenciones farmacológicas cuidadosamente controladas cuando sea necesario.
En nuestro próximo artículo, «Abordaje Psicológico del Insomnio», nos enfocaremos en las estrategias psicológicas específicas que pueden ser empleadas para mejorar la calidad del sueño y restaurar la calidad de las fases REM y de sueño profundo. No te pierdas cómo estas técnicas pueden ayudarte a reconectar con el sueño reparador que tu cuerpo y mente necesitan.